El ingeniero agrónomo Cesar Storti ingresó a trabajar en el Departamento Provincial de Agua en 1980. Siendo conocedor de los sistemas de riego, trabajó de manera interinstitucional con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, la Autoridad Interjurisdiccional de las Cuencas, y los Consorcios. El fenómeno de ocupación del territorio por poblamiento desordenado y no planificado, es una lucha que ha sabido batallar en los últimos 40 años de servicio.
“En la década del 80 y los 90 tuvimos mucho problema con el intercambio de las cooperativas y las centrales con respecto a los caudales que largaban aguas abajo desde las represas, tanto en el río Neuquén y el río Limay” explicó Storti. En aquella época se comenzó a llevar a cabo la regulación de las cuencas superiores en los ríos donde los trabajadores tenían el desafío de acondicionar el medio natural en pos de proteger las nuevas áreas urbanizadas.
Con el advenimiento de las crecidas en la cordillera, el terminar las obras en los márgenes de los ríos se volvió una necesidad. “Hubo mucha acción de protección de márgenes porque obviamente se trabajaba sobre la zona productiva, en la erosión. Eso hizo que el DPA diera una buena provisión de profesionales tanto civiles como hidráulicos que aportaron mucho conocimiento y se realizaron obras muy importantes a lo largo de todo el valle, incluyendo el bajo Neuquén”.
En este contexto, el fenómeno de ocupación del territorio por poblamiento desordenado y no planificado, se transformó en uno de los principales problemas porque cambió todo el esquema de distribución, lo que también trajo como consecuencia cambios en la economía y la cultura.
“De la década del 1990 en adelante avanzó progresivamente y con los años fue tomando un mayor aceleramiento. Obviamente en la última década se volvió más avasallante, especialmente en el área de la Confluencia” aclaró con respecto al crecimiento de las urbanizaciones y expresó que en este contexto, “el sistema de riego se vio invadido por otras utilizaciones del agua que empezaron a demandar agua potable o agua para la industria, generando nuevas problemáticas”.
Aunque el avance urbano tuvo su impronta en cada localidad, las zonas de Fernández Oro, Cipolletti, Cinco Saltos y Campo Grande se vieron influenciadas por el avance de la explotación hidrocarburífera y de la urgencia inmobiliaria.
“Más allá de los propósitos de la extracción de hidrocarburos, la cuestión inmobiliaria fue avasallante, por lo que cualquier medida que se implemente desde las jurisdicciones va en pérdida. Los loteos sin planificación y con urgencia de las inmobiliarias avanzan y estamos perdiendo suelos que fueron largamente trabajados y mejorados para incorporar todo lo que necesitan los cultivos”
Es una realidad que se repite en toda la región, pero el ingeniero brinda como ejemplo la actual situación de Contralmirante Cordero y Cinco Saltos, donde hay chacras abandonadas que tras un corto tiempo se vuelven claras ofertas de urbanización, de desaprovechamiento del recurso suelo y de las malas decisiones que ocasionan problemas en la provisión de servicios a zonas aledañas. “Hay que tironear esas áreas porque si no esto va a seguir ocurriendo, vamos a seguir perdiendo estas zonas productivas y también vamos a perder los recursos” exigió.
Como posibles soluciones a estas problemáticas, Cesar Storti planteó que es necesario que los productores recuperen la capacidad de acción y vuelvan a ser parte de la toma de decisiones. “Los productores deberían tomar las medidas más sencillas para recuperar protagonismo en la zona que habitamos. Protagonismo en cuanto a la autoridad que existe en el manejo del recurso agua donde es necesario que haya un fortalecimiento real, no solo económico sino que real, y es algo que no se consigue de un día para el otro”.
En segundo término y para finalizar, cree que es importante el cooperativismo y consensos entre instituciones. “Tiene que haber un consenso y un acuerdo entre municipio, instituciones del agua e instituciones que también tiene sus servicios a la vera de los canales y desagües. Todo tiene que ver con ponerse de acuerdo y con la capacidad de gestión en cada uno de los entes”.