Descendiente directo del primer tomero en abrir y cerrar las compuertas del Canal de los Milicos (canalito), Mario Cerutti vivió toda su vida entre acequias y canales. Su labor no solo quedó en la administración de lo que hoy conocemos como el Consorcio de Riego.
De una manera muy silenciosa y a la vista de pocos, Mario Cerutti hizo un trabajo inalcanzable para recopilar material histórico sobre riego. Imágenes de la construcción de diques y canales, herramientas para armar acequias y un teléfono antiguo para comunicarse con los tomeros son solo algunos de los tesoros que ha sabido resguardar del paso del tiempo.
Nació en 1943 en la ciudad de Ingeniero Huergo. Desde 1907 funcionaba la Cooperativa de Irrigación, lugar donde su padre trabajó primero como peón, luego como tomero y con los años desempeñó funciones como capataz.
En el año de su nacimiento su familia se trasladó a Luis Beltral, una ciudad que por aquellos años crecía a la par de las empresas estatales. “Se estaban haciendo las obras de la bocatoma de la isla y fue a trabajar allá. Estuvimos hasta el año 1952” comenta Cerutti.
Mario destaca que su forma de trabajar era distinta a la de su padre. “Casualmente yo había rescatado unas libretas que tenía él (su padre) de anotaciones que eran muy meticulosas. Ponían; a las ocho de la mañana salimos en sulky a recorrer el canal -nombre de canal- toma por toma, compuerta por compuerta”.
Para 1952 su padre ascendió a Jefe de Distrito y lo trasladaron a General Roca. La Cooperativa de Irrigación se desarmó y para 1947 nació la Dirección General de Agua y Energía Eléctrica, como fusión de la Dirección General de Centrales Eléctricas del Estado y la Dirección General de Irrigación.
Por 45 años, la empresa Agua y Energía Eléctrica estuvo a cargo de todos los sistemas de riego de la República Argentina. Mario ingresó a trabajar a la empresa en 1978, tras el fallecimiento de su padre. “Yo no sabía que entre las conquistas sociales de los sindicatos, todo empleado de la empresa Agua y Energía al jubilarse podía proponer a algún familiar o un hijo para cubrir el cargo”.
En esos años, Mario trabajaba en la antigua yesera de Stefenelli fundada en 1905 por la familia Corral y que, en un traspaso de manos, llegó a nuestros tiempos como la empresa Durlock. “Se traía el material desde la barda y se elaboraba yeso para la obra, todo lo que es revoque y cielorraso, aparte se hacían yesos medicinales” recuerda.
Uno de los ingenieros de la yesera lo convocó a trabajar en una empresa mendocina que en la década del 70’ se había instalado en la ciudad. Se dedicaban al rubro de la construcción y realizaban obras públicas como barrios y escuelas.
“En la empresa constructora estuve como ocho años y me ofrecieron irme a Mendoza pero no me alcanzaba la plata para los alquileres. Me quedé y el 31 de diciembre renuncié. Ahí aparece este hombre para ir a trabajar a Agua y Energía y empecé con el sistema de riego”.
El riego fue una herencia de familia que vino desde mucho antes que su padre. “Yo conocí a muchas personas, a muchos antiguos productores. Apareció un día Don Augusto Valle y me dijo; tu abuelo en el año 1903 fue el primer tomero del canal de los milicos. Cuando el Padre Stefenelli estaba en la cooperativa de irrigación, tu abuelo vino a trabajar en las obras del colegio y lo habían puesto de tomero”.
La creación y evolución de los Consorcios de Riego en el Alto Valle
Concesionada, privatizada o disuelta fueron las condiciones impuestas a las empresas argentinas en la década del 1990. Entel, Obras Sanitarias de la Nación, Yacimientos Petrolíferos Fiscales, Ferrocarriles Argentinos SA, Aerolíneas Argentinas, Hidroeléctrica Norpatagónica SA Sector Eléctrico son solo algunas de las más de 60 empresas reestructuradas.
Los sistemas de riego de la República Argentina que eran manejados por la empresa Agua y Energía, pasaron a manos del Departamento Provincial de Agua (DPA).
La incertidumbre entre los trabajadores cesantes los llevó a la idea de formar una cooperativa para mantener el sistema de riego. Sin embargo, la idea no prosperó porque la provincia pretendía que se crearan los Consorcios de Riego y Drenaje. “Era una competencia política, se me ocurre. No digo que sea malo y tampoco digo que sea bueno, no se evaluó” expresó.
Para 1992 se comenzó a desarrollar el proyecto de los consorcios y un año después empezaron a funcionar.
“Se cambiaron muchas cosas porque la empresa Agua y Energía tenía su metodología e iba por sectores. Uno elaboraba la información diaria y se elevaba a una central que estaba en la misma intendencia administrativa. Después empezó a cambiar eso porque cada consorcio tenía que manejar su propia contabilidad y administrar sus fondos, que eso nosotros no lo teníamos en cuenta, el problema plata lo arreglaba el estado” detalló.
Cerutti recuerda que en esa primera asamblea de conformación de consorcios asistió un número considerable de productores. “No eran todos pero serían entre 80 a 100 productores. En ese tiempo era lo contrario a lo que está pasando ahora, los grandes productores no participaban. En cambio, los pequeños productores se acercaron pero con pocas expectativas”.
Ricardo Camacho, Oscar Laino, Eladio Muñoz, Marcelo Turkovich, Carlos Jedrejcic, Juan Mendizabal y Ángel Spampani son algunos nombres que surgieron en conversaciones posteriores sobre los productores que asistieron a esas reuniones
A todos les parecía buena idea sostener los sistemas de riego, el problema surgió cuando se enteraron que debían empezar a pagar por el servicio de riego. “No querían pagarnos lo que nos correspondía porque nosotros teníamos una escala en Agua y Energía que estaba dentro de los convenios del personal de Luz y Fuerza, entonces los sueldos eran diferenciales”
Desde su génesis, los reglamentos del uso de riego establecen que el agua es un recurso que debe pagarse. Pero como los fondos provenían de la Nación, los productores prácticamente no pagaban los cánones de riego y mucho menos pagaban a los trabajadores del consorcio por su servicio.
“Lo primero que dijeron es que el riego no hay que cobrarlo. Antes había un canon pero era muy acomodado a las circunstancias y si no se pagaba los reglamentos establecían que se podía suspender el sistema de riego pero raramente ocurría eso”, una situación completamente contraria a nuestros tiempos.
Con los años y tras un largo proceso de concientización, el pago del canon empezó a ser un gasto necesario. “Como el consorcio era una cosa más directa y el personal estaba al pie al momento de atender un problema la gente fue pensando que había que contribuir”
Cerutti entiende que la negativa de los productores se debe a un sistema económico obsoleto para nuestros tiempos inflacionarios. “Costo porque en general el productor es remiso a pagar, por las circunstancias que vive y por la forma en la que cobra. Yo toda mi vida he visto entregar la producción y que el empacador te empiece a pagar cuando quería, entonces tampoco tenías una fecha cierta” asegura.
En la década posterior no hubo muchas modificaciones significativas salvo la creación de los Consorcios de Segundo Grado. “A lo mejor los Consorcios de Segundo Grado se crearon antes del 2000. El Consorcio de Segundo Grado fue constituido por los presidentes de todos los consorcios de riego desde Cinco Saltos a Villa Regina. Todos los presidentes más un delegado del departamento de agua constituyeron la comisión que se reunía periódicamente”.
Con la creación de los Consorcios de Segundo Grado, se delegó el mantenimiento del Canal Principal a las autoridades de esta institución. En principio esta tarea le pertenecía al Departamento Provincial de Agua pero quienes trabajaron en esa época aseguran que nunca desempeñaron esa función.
Mario Cerutti finalizó sus labores en la empresa en 2011, luego de 33 años de servicio. Testigo de una realidad que fue mutando con el paso de los años, con un sistema productivo ambivalente, condicionado por la problemática de las tierras abandonadas o por la creación indiscriminada de barrios residenciales sobre tierras productivas, con mejoras y atrasos pero siempre en constante cambio.
Actualmente integra la Comisión de Estudios Históricos que recolecta, preserva y difunde el patrimonio histórico de la ciudad. Gran parte de los objetos que vemos en el Museo Histórico y Regional Lorenzo Vintter fueron donaciones que hizo Cerutti, lo mismo con las fotografías y muebles antiguos del Consorcio que salvó de la quema indiscriminada de otras instituciones. Gran parte del patrimonio del riego de General Roca se lo debemos a él.