Guardianes de Riego: Antonio Requena

Antonio María Requena es un ingeniero agrónomo con una amplia trayectoria en proyectos de riego y drenaje. Completó sus estudios en 1976 en la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Córdoba y comenzó a adquirir experiencia en sistemas de riego durante su primer empleo como sistematizador de canales en Río Colorado.

“Hacía la sistematización para saber por donde iban a ir los canales y las calles. Ahí estuve un año aproximadamente, en Río Colorado y el último trabajo fue en la isla Tragua Tragua. Pero la empresa había llegado a un punto en que ya no tenía mucho para progresar porque no había nadie que supiera más que yo dentro de esa área. Todos los trabajos que hacía eran rutinarios”. 

Tres años después ingresó a la Estación Experimental Alto Valle.  “Acá estaba el ingeniero Nolting y el ingeniero Horne en el drenaje. Había mucha más gente. Al año ingresó el ingeniero Casamiquela, que en 1980 llegó a ser Ministro de Agricultura de la Nación”.

Durante esos años, Requena tuvo la oportunidad de viajar al extranjero para capacitarse en sistemas de riego en Italia y Estados Unidos. Estos viajes le permitieron aprender de reuniones impresionantes donde se discutían temas como el financiamiento de proyectos de riego y la generación de energía hidroeléctrica a partir de diques.

Sobre la gestión interna del agua señaló que la parte de riego era subsidiaria. “Tenían una red de canales muy buena y toda impermeabilizada para vender el agua a distintas compañías que a su vez distribuían el agua, la vendían a la demanda a distintos lugares del país”. 

Sobre su experiencia destaca que el consorcio manejaba todo, tenían una gran infraestructura de riego y una cultura de riego. Una vez terminado el viaje, volvió a la Estación Experimental para realizar cursos de riego gravitacional y riego localizado. Pero siempre mantuvo esa fijación en el intercambio con otras instituciones dedicadas a las mismas tareas. 

En cuanto a las capacitaciones, Requena admitió que a menudo eran caóticas. Los productores solían aprovechar estas reuniones para plantear viejos reclamos, lo que complicaba la enseñanza de nuevas prácticas. A pesar de los desafíos, destacó que algunos productores con poco conocimiento encontraban útiles los cursos y estaban dispuestos a aplicar lo aprendido en la práctica.

“Cuando dábamos cursos con Rodríguez Varela, Buccella y Storti, hacíamos capacitación en Regina a las que iban hasta 100 personas, una concurrencia impresionante, pero no era para aprender, venían a pelear con la gente de AyEE” recuerda entre risas. 

Con los años, trasladaron los cursos hasta la Estación Experimental, donde tenían las herramientas necesarias para hacer el trabajo de campo. “La Experimental tenía medidores de agua, tenían limnígrafos, freatímetros. Se podía ver más fácil y siempre se hacían junto al Consorcio que normalmente veía la aplicación del agua, todos los conocimientos generales relacionados con la evapotranspiración y después aprender a cómo preparar los suelos para regarlos”.

Una de las aspiraciones que tenían desde la institución era generar métodos o herramientas que fueran prácticas y simples de entender, tanto para los productores como para los empleados del consorcio. “El consorcio les daba la cantidad de litros por segundo por superficie y el productor tenía que saber si le estaban dando la cantidad de agua que le correspondía o no. Para eso tenía que tener algún método de medición” comenta.

En 1982 el ingeniero inventó el Disco Aforador, el mismo detalla los requerimientos para medir una carga hidráulica, cómo calcular el caudal que vierte una compuerta, cuál es el momento oportuno para abrir una compuerta, cómo convertir litros por segundo a milímetros por hectárea, calcular láminas de riego y ejercicios matemáticos para ejemplificar estas tareas.

Sobre drenaje, mencionó que cuando ingresó a la Estación, el director era Óscar Castamaña, quien decía que había que poner más énfasis en riego que en drenaje para no tener que sacar el agua que se daba de más. “Lo que se hizo fue en un principio usar el freatímetro convencional, qué era más exacto, pero había que ser la medición específicamente y algunos productores no la hacían” expresó. 

Surgió con los años otro método, esta vez casero, para medir la napa freática. “El freatímetro casero era una boya con un caño donde estaba medido. Si la freática subía, subía toda una varilla que estaba dentro de la boya. Entonces el productor desde lejos sabía si el nivel del agua subía o no, no hacía falta que estuviera ahí”. 

Actualidad:

Antes de tramitar su jubilación y hacerla efectiva en 2017, el ingeniero Requena emprendió uno de los proyectos más importantes en la historia actual del Consorcio de Riego en Roca; el proceso de sistematización de información. 

“Fue en el 2011 que empezamos el proyecto, pero nosotros ya habíamos presentado proyectos para sistematizar que no aprobaban. Después tuvimos suerte y aprobaron estos valiosos proyectos que se trabajaron con distintos organismos que están vinculados a este mismo tema” detalló. 

Sobre esta labor, comenta; “La sistematización implica hacer una recolección minuciosa de la información de chacras empadronadas, saber quién riega y quién no. La sistematización sirvió mucho para empezar porque necesitábamos gente para organizar esa información, cargar datos y saber interpretarlos” agregó.

Una vez puesto en funcionamiento, los avances en el Consorcio estuvieron puestos en la participación de los actores involucrados; los productores.  “El consorcio es un asunto de gran importancia, pero hay que ir despacio y solucionar problemas concretos. Yo creo que ahora están dadas las cosas para ir avanzando. Siempre hay que trabajar con la gente que quiere avanzar. Limpiar los comuneros con cargo a los productores porque si no ese problema no se puede resolver de ninguna forma y todo el trabajo se viene abajo”. 

Requena comenta que en la actualidad estudia astronomía de manera autodidacta, un nuevo pasatiempo que le sirve para seguir pensando los recursos hídricos desde otros puntos de vista. “El agua es tan rara porque en el sistema solar está en estado líquido y de tan lejos vino por aerolito, cayó en la tierra y por esto tenemos agua. Hay que tenerle respeto, sobre todo en este momento de escasez, cada vez hay que utilizarla con mayor cuidado”.

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