Consorcio de Riego y Drenaje de Gral. Roca.
Antes del comienzo de una nueva temporada de riego año 2021
La chacra debería contar con las acequias limpias, haber sacado las malezas y hojas de los álamos. Mantener el nivel de la solera no profundizándola a fin de evitar agua estancada después del riego que favorece el crecimiento de malezas.
Por las condiciones de la baja humedad atmosférica y la mayor frecuencias de vientos, en esta época del año no es conveniente la quema por los riesgos que implica los incendios. Es conveniente hacer cortafuegos con pasadas de rastra de disco alrededor de los alambrados, en las cabeceras y pies de los cuadros, donde no llega el agua de riego, la gramilla reina a sus anchas, un pucho de cigarrillo puede originar incendios difíciles de controlar.
Es una oportunidad de reforzar los taludes y levantando la revancha de las acequias para elevar el nivel de la misma y con ello el dominio sobre el predio a regar. Tarea que se realiza removiendo el suelo paralelo a ella con arado o rastra de disco y arrimando la tierra con una pala.
Las obras de arte: compuertas de ataje y compuertitas de acceso a las melgas deben ser estancas, las chapas periódicamente deben ser rasqueteadas y cubiertas con una mano de anti óxido.
En esta temporada que se pronostica una menor oferta de agua deberíamos cuidar mucho la sistematización y el manejo que se hace del riego en el predio.
Las chacras del valle, tiene dimensiones catastrales casi todas iguales, fueron emparejadas con pendiente cero en el sentido del riego. Lo constituyen suelos de texturas diferentes, los arenosos donde el agua de riego se infiltra rápidamente su almacenaje es menor que en los suelos de textura fina, franco limosos, donde la lámina de riego tarda más en infiltrar.
Por otra parte sabemos que por surco regamos una superficie mayor que por melgas, es apropiado para cultivos hortícolas que requieren menos profundidad de mojado. En cambio por melgas o sea a manto la superficie que logramos regar en el mismo tiempo es menor.
La variable con la que podemos lograr un riego aceptable es el manejo de los caudales que se deben ajustar en función de la velocidad de infiltración de los suelos logrando así una distribución homogénea del mismo.